Cuando los perros se relacionan entre ellos sin intervención humana de por medio, la tónica general es la calma y la tranquilidad dentro del grupo. Entre ellos saben comunicarse, tienen las mismas necesidades y viven en función de ellas, se nutren de su entorno y aprenden cual es su lugar dentro de él. Son capaces de anteponer las necesidades del grupo a las suyas propias para que el engranaje social funcione como un reloj suizo. Los pilares principales son la colaboración y el respeto. Esto cambia cuando intervienen las personas. ¿Por qué ocurre esto?. Las causas varían en función del tipo de relación entre el perro y su referente human@. Subestimar al perro, no saber comunicarnos con ellos, intereses personales, utilización de herramientas inapropiadas y un largo etcétera son sólo algunas de ellas.
Mi objetivo es que podamos cambiar la visión que tenemos de nuestros perros para poder lograr esa convivencia gratificante y armoniosa que todos queremos y poder disfrutar de un verdadero amigo.
Respetémosles y hagamos un esfuerzo por entenderles..."se lo merecen".


lunes, 18 de mayo de 2015

Carta de despedida escrita por Gema a Woody y Lola


A mis queridos amigos Lola y Woody

A vosotros que me habéis dado tanta felicidad, tantas satisfacciones, tantas alegrías…aunque también hemos tenido algún que otro susto (Woody, tus problemas de salud de los últimos meses nos tenían “en vilo”).
Y, desde luego, no fue todo color de rosa claro, también tuvimos nuestros momentos de estrés, durante los primeros meses de adaptación; mientras tú, Lola, con esa energía rebosante empezabas a “sentar la cabeza”; y tú, Woody, a tu vejez, teniendo que compartir tu casa, nuestra casa, con una cachorra tan traviesa...(y encima tan grandota) hasta que por fin la aceptaste como una más de la familia.


Pasamos algunos momentos difíciles, pero siempre todos juntos, como se solucionan los problemas en una familia.
 Woody:
Me has acompañado durante casi la mitad de mi vida (no todas las amistades duran tanto, al menos entre humanos). Hemos compartido tantos momentos, buenos y malos, tantos paseos por el campo, por la ciudad….me has acompañado en viajes, fiestas…toda una vida juntos… desde que llegaste a mí hecho una bolita que apenas andaba, sino que arrastraba esa panzota que tenías.  Y siempre has conseguido que estuviera tan orgullosa  de ti “mi león”… Siempre tan mimoso…y con esa mirada penetrante. “El perro perfecto para mí, no hubiera podido tener otro mejor” me decía yo siempre. Ya sabes lo que te quería todo el mundo que te conocía…Y al final…no pudiste superar la marcha de Lola. Eso nos dejó “tocados” a todos…pero a ti, a tu edad, tan frágil…Tiraste la toalla.
Con ese estado de salud tan débil…que difícil fue hacer que comieses los últimos días, que tomases tu medicación, e incluso hasta que bebieses agua…hasta que ya no aguantaste más. Lo único que pude hacer es estar a tu lado en esos últimos momentos.
Lola: Nuestra vida juntas fue demasiado corta, aunque creo que supimos vivirla con intensidad, que es lo que cuenta al fin y al cabo. Teníamos tantas cosas por hacer (ni  siquiera me había dado tiempo de llevarte a la playa…y ese taller de agility que teníamos pendiente…) Tantos proyectos que quedaron en el aire, tantas cosas por aprender juntas…Disfrutamos al máximo el tiempo que tuvimos, pero fue tan poco…Cuántas cosas aprendiste…qué orgullosa estaba de ti. Los niños “flipaban” contigo eh? cuando podías contestar a las sumas, las multiplicaciones…”qué perra tan lista” decían.
Y mis sobrinas, colaborando en tu adiestramiento, cuánto disfrutaban ellas contigo y tú con ellas…qué complaciente eras con ellas.Ni siquiera tuvimos la oportunidad de despedirnos, te marchaste así sin más, sin previo aviso. No es justo que alguien tan joven, tan sana, tan vital y con tanta energía se vaya de esa manera. ¡Qué duro es aceptarlo! Sólo me queda el consuelo de pensar que al menos no sufriste, y que el tiempo que viviste fuiste feliz. Sé que habrías sido una estupenda  perra de terapia, así me lo demostraste, a pesar de tu juventud, cuando tuviste oportunidad. Habríamos formado un gran equipo ¿no crees? Aunque aún nos faltaba mucho por aprender.
Y ahora ¿qué? Vosotros habréis cruzado ya el puente del Arco Iris, estaréis juntos, cuidando el uno del otro…corriendo libres, jugando…Algún día volveremos a vernos y estar todos juntos. Desde luego así lo espero.



                                                              

Estéis donde estéis, estaréis siempre en nuestros corazones, ya lo sabéis. Espero haberos hecho al menos la mitad de felices de lo que vosotros me habéis hecho a mí. Me seguís haciendo tanta falta…Habéis dejado un vacío imposible de llenar.

Os amo y os amaré por siempre!

                                               Gracias Gema
Míchel Merino. Educación canina



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