Agresiones del perro doméstico a niños.
Cuando en una casa viven perros y niños, hay veces que se
producen agresiones por parte del animal hacia los segundos. Esto, por desgracia
ocurre más a menudo de lo que la mayoría de las personas cree.
Según las estadísticas, en España el 47% de las agresiones del perro de la casa a niños, son repentinas y el resto provocadas. La pregunta es la de siempre. ¿Por qué?.Los niños “son niños” y los perros, ”perros”. Solamente los padres y solamente ellos, son los responsables en todo lo relacionado a la educación e interacción de ambos, así como de la construcción, en el perro, de asociaciones positivas siempre que esté con el niño. Esto debería estar gravado a fuego en la mente de todos los adultos. Cuando esto está claro, simple y llanamente, desaparecen los problemas entre niños y perros porque, en todo momento, estos estarán supervisados por los padres, siendo guiados en sus interacciones de manera responsable al tiempo que se puede detectar, y por lo tanto prevenir, cualquier señal de incomodidad que pueda mostrar el animal en presencia del pequeño. Cuando un perro agrede a un niño “de repente”, la explicación es muy sencilla. ¡No aguanta más!. Pero hasta llegar a ese extremo, el perro, habrá ido avisando respecto a lo que le resulta incómodo o molesto con el niño. Habrá hecho infinidad de señales de calma, habrá amenazado (gruñido) al peque para que no le moleste, en este momento, los padres reñirán al perro por gruñir al niño y es entonces, dependiendo del aguante del perro,
cuando el animal no tiene otra salida que, la próxima vez que sea molestado, agredir para que el niño deje de hacerlo. Veamos una escena desde el punto de vista del animal. El perro está tumbado tranquilamente en su cama. El niño se le acerca para jugar y empieza a molestarle. El perro comienza a hacer señales de calma (gira la cabeza hacia un lado, aparta al niño con su hocico, se levanta y se va a otro sitio…etc),pero el niño... “sigue incordiando”. Entonces el animal amenaza al niño (primero levanta los belfos y después gruñe).Ante los gruñidos, el padre, ¡que había dejado solos a los dos! va corriendo y riñe al perro. ¿Solucionado?... Esta escena se puede repetir más o menos veces, pero llegará el día que el perro pensará, ¡le digo al niño que me está molestando pero lo sigue haciendo, le amenazo y me riñen!. Siguiente paso… morder directamente porque avisar no me vale de nada. ¿Tiene lógica? ¡Yo creo que mucha! La mejor solución:
SIEMPRE SUPERVISIÓN Y MUCHÍSIMA RESPONSABILIDAD EN LA EDUCACIÓN DEL PERRO Y EL NIÑO. NUNCA DEJARLOS SOLOS Y POR FAVOR…¡PROTEGE AL PERRO DEL NIÑO! ¡VERÁS QUE DIFERENCIA!
Míchel Merino. Educación canina
Según las estadísticas, en España el 47% de las agresiones del perro de la casa a niños, son repentinas y el resto provocadas. La pregunta es la de siempre. ¿Por qué?.Los niños “son niños” y los perros, ”perros”. Solamente los padres y solamente ellos, son los responsables en todo lo relacionado a la educación e interacción de ambos, así como de la construcción, en el perro, de asociaciones positivas siempre que esté con el niño. Esto debería estar gravado a fuego en la mente de todos los adultos. Cuando esto está claro, simple y llanamente, desaparecen los problemas entre niños y perros porque, en todo momento, estos estarán supervisados por los padres, siendo guiados en sus interacciones de manera responsable al tiempo que se puede detectar, y por lo tanto prevenir, cualquier señal de incomodidad que pueda mostrar el animal en presencia del pequeño. Cuando un perro agrede a un niño “de repente”, la explicación es muy sencilla. ¡No aguanta más!. Pero hasta llegar a ese extremo, el perro, habrá ido avisando respecto a lo que le resulta incómodo o molesto con el niño. Habrá hecho infinidad de señales de calma, habrá amenazado (gruñido) al peque para que no le moleste, en este momento, los padres reñirán al perro por gruñir al niño y es entonces, dependiendo del aguante del perro,
cuando el animal no tiene otra salida que, la próxima vez que sea molestado, agredir para que el niño deje de hacerlo. Veamos una escena desde el punto de vista del animal. El perro está tumbado tranquilamente en su cama. El niño se le acerca para jugar y empieza a molestarle. El perro comienza a hacer señales de calma (gira la cabeza hacia un lado, aparta al niño con su hocico, se levanta y se va a otro sitio…etc),pero el niño... “sigue incordiando”. Entonces el animal amenaza al niño (primero levanta los belfos y después gruñe).Ante los gruñidos, el padre, ¡que había dejado solos a los dos! va corriendo y riñe al perro. ¿Solucionado?... Esta escena se puede repetir más o menos veces, pero llegará el día que el perro pensará, ¡le digo al niño que me está molestando pero lo sigue haciendo, le amenazo y me riñen!. Siguiente paso… morder directamente porque avisar no me vale de nada. ¿Tiene lógica? ¡Yo creo que mucha! La mejor solución:
SIEMPRE SUPERVISIÓN Y MUCHÍSIMA RESPONSABILIDAD EN LA EDUCACIÓN DEL PERRO Y EL NIÑO. NUNCA DEJARLOS SOLOS Y POR FAVOR…¡PROTEGE AL PERRO DEL NIÑO! ¡VERÁS QUE DIFERENCIA!
Míchel Merino. Educación canina
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